Cuando caemos estamos obligados
a aprender a salvarnos de la próxima caída.
Podremos vivir de espaldas,
pero siempre nos vendrá alguien de frente.
Cambiaremos,
pero no de vida, sino la manera de vivirla.
Y volveremos a caernos,
pero en ese momento,
ya nos habremos mirado lo suficiente al espejo
como para estar seguros de nosotros mismos.
Decide salvarte.
Abre los ojos.
O el paracaídas.